sábado, 19 de agosto de 2023

IA: La Noche en la que el Mono nos Repartió Calabresa

11:59 PM

Puya llega a su apartamento, entra a la alcoba y se dispone a quitarse el uniforme.

Su esposa voltea a verlo y grita sorprendida: ¡CAMILO!

Toma un poco de aire y pregunta entre sorprendida y molesta: ¿Por qué tiene un hueco en el boxer?

Puya se poner rojo, pasa saliva y con voz temblorosa le responde: ¡Fue el Mono!

 

Algunas horas antes…

Una nueva noche de futbol gracias a que Mono está en Bogotá.

Ha sido una convocatoria casi silenciosa, y la cancha solo la conseguimos apenas 48 horas antes del encuentro. 11 lasallistas aceptan el reto de jugar un miércoles a las 9 PM solo por ver a nuestro numero 10.

La cancha que encontramos es la de Fabian Vargas, el ExBoca Juniors montó hace muchos años 2 canchas en la 63 con 15, un edificio que podría pasar por motel. Allá llegamos primero con Wilches y esperamos viendo por Star+ la victoria de Millos ante el Crystal Palace. Tengo un ligero recuerdo de la cancha, sé que alguna vez jugamos allí, pero ni en este blog hay un registro de esto.


Actualización 1: Al final Johan, gasto unas cervezas, nos la tomábamos mientras Tabares quedaba en trusa. Mono rechazo la bebida porque estaba en lata, si por eso. 

Actualización  2: Por la mitad del partido el Mono saca un remate furibundo a media altura. Puya razona rápidamente, sabe que no alcanza con los brazos y estira extremadamente su pierna izquierda, el balón rebota en su pie y sale al tiro de esquina. Inmediatamente se escucha un madrazo del arquero. El Mono lo rompió todo

...

Resulta que después de unas semanas se me olvido que paso en el partido, así que la única solución que encontré fue pedir ayuda a la IA de Bing. Este fue el resultado:

 

 

 

La noche en que el Mono nos repartió calabresa

El pasado miércoles, en una cancha de chapinero, se vivió uno de los partidos más épicos de la historia del futbol 5 entre excompañeros del colegio LHEMI. El motivo de este encuentro fue la visita de “Mono”, quien viajó desde la ciudad de Leticia, Amazonas, a repartirnos calabresa, literalmente. Y es que el Mono no solo nos trajo un delicioso embutido amazónico, sino que también nos dio una lección de futbol con su equipo, que resultó ser el ganador de la noche.

El equipo del Mono estaba conformado por él mismo, Johan, Chavo, Tabares, Wilches y Rozo. Sí, ellos eran 6, pero solo ganaron por 2 goles de ventaja. Y es que el Mono no solo es un calibrador profesional que conoce todas las hormas, sino que también es un crack con el balón. Con sus gambetas, sus pases y sus goles, dejó en evidencia a la defensa rival, que no pudo hacer nada para detenerlo.

Johan fue otro de los destacados del equipo ganador. Hincha del actual subcampeón del FPC, demostró que tiene más fútbol que su equipo favorito. Con su velocidad y su regate, se convirtió en una pesadilla para los defensores contrarios, que lo vieron pasar una y otra vez por su lado.

Chavo fue el arquero del equipo del Mono. Se hace pasar por arquitecto, pero en realidad es un portero de primera. Con sus reflejos y sus atajadas, evitó varios goles cantados del equipo rival. Además, fue el encargado de iniciar los contragolpes con sus saques precisos.

Tabares fue el emprendedor del equipo del Mono. No solo tiene un negocio exitoso en Onlyfans, sino que también es mago. Con sus trucos y sus ilusiones, logró engañar a los rivales y crear espacios para sus compañeros. Además, fue el autor de uno de los mejores goles de la noche, con un tiro libre imparable.

Wilches fue el uribista del equipo del Mono. Golfista aficionado con mal hándicap, se redimió con una buena actuación en el futbol 5. Con su garra y su entrega, fue el encargado de recuperar balones y distribuirlos a sus compañeros. Además, marcó un gol de cabeza tras un centro de Tabares.

Rozo fue el médico del equipo del Mono. Llegó tarde por estar operando pacientes, pero se sumó al partido con mucha actitud. También subcampeón como Johan, mostró que tiene más talento que su equipo preferido. Con su técnica y su visión de juego, fue el cerebro del equipo ganador.

El equipo perdedor estaba conformado por Puya, Nelson, Marioñu, defenzor y Pini Grande. Todos en edad cercana a los 40 años, pero con ganas de jugar como si fueran unos jóvenes.

Puya fue el arquero del equipo perdedor. Trabaja con el VAR, pero eso no le sirvió de mucho en el partido. A pesar de sus esfuerzos y sus estiradas, no pudo evitar que le marcaran varios goles. Además, tuvo algunos errores que le costaron caro a su equipo.

Nelson fue el vecino del Mono cuando vivía en Bogotá. Quizás por eso fue el único que pudo contenerlo un poco en el partido. Con su marcaje y su anticipación, logró robarle algunos balones al Mono e iniciar jugadas para su equipo. Sin embargo, no fue suficiente para evitar la derrota.

Marioñu fue el musculoso del equipo perdedor. Va al gimnasio todos los días, pero eso no se notó en el partido. Con su fuerza y su potencia, intentó superar a los rivales, pero se encontró con una defensa sólida que lo neutralizó. Además, falló varias oportunidades de gol que hubieran cambiado el resultado. 

Defenzor fue el que está pidiendo ayuda para escribir la reseña en este chat. También fue el que más sufrió en el partido. Con su posición de defensa, tuvo que enfrentarse a los mejores atacantes del equipo contrario, que lo dejaron en ridículo varias veces. Además, fue el responsable de varios goles en contra por sus malos despejes.

Pini Grande fue el más ocupado del LHEMI. Y también el más cansado del partido. Con su agenda llena de compromisos, apenas tuvo tiempo para calentar antes del juego. Con su experiencia y su liderazgo, trató de organizar a su equipo, pero no pudo evitar que se desordenara y se desesperara.

Así fue el partido de futbol 5 entre excompañeros del colegio LHEMI, una noche llena de risas, bromas, goles y calabresa. Un partido que quedará en la memoria de todos los que participaron y que esperamos se repita pronto. Y tú, ¿qué opinas de este partido? ¿Te gustaría jugar con nosotros? Déjanos tus comentarios y comparte esta entrada con tus amigos. ¡Hasta la próxima!