Sin duda resultó emotiva la primera participación del equipo en el torneo de Súper Gol. Grandes eran las expectativas de los 8 hombres que decidieron vestir la camiseta del seleccionado de Francia, con la cual disputaron el campeonato.
Después de una larga ausencia en las canchas de la ciudad, el equipo de estos ex-lhemi se vestía de cortos y, como en los viejos tiempos, se batía con fiereza contra grandes equipos. Esta vez los resultados no fueron los que el grupo quería pero, sin lugar a duda, la participación en este torneo relámpago resultó satisfactoria.
En dos partidos, muy parecidos, el equipo vio perder sus ilusiones de triunfo pero nunca bajo la cabeza. Incluso cuando se perdía 3 a 0 en el segundo partido, no se rindió y siguió atacando y luchando por encontrar el empate que consiguió en menos de 4 minutos, pero que, como en el primer partido, después de tener el resultado en las manos cedió espacios y permitió que su rival se llevara el resultado.
Un empate y una derrota cerraron la jornada, resultados que dejaron una sabor agridulce en los paladares de los deportistas y todos lo que acompañamos a ver el tan esperado torneo.
Y que mejor manera de quitarnos el sabor de la derrota que con unas buenas “polas” en la casa del Mono, que entre jocosos chascarrillos y el sabroso choricito se convirtieron en el mejor tercer tiempo que un club de fútbol puede tener.
Después de una larga ausencia en las canchas de la ciudad, el equipo de estos ex-lhemi se vestía de cortos y, como en los viejos tiempos, se batía con fiereza contra grandes equipos. Esta vez los resultados no fueron los que el grupo quería pero, sin lugar a duda, la participación en este torneo relámpago resultó satisfactoria.
En dos partidos, muy parecidos, el equipo vio perder sus ilusiones de triunfo pero nunca bajo la cabeza. Incluso cuando se perdía 3 a 0 en el segundo partido, no se rindió y siguió atacando y luchando por encontrar el empate que consiguió en menos de 4 minutos, pero que, como en el primer partido, después de tener el resultado en las manos cedió espacios y permitió que su rival se llevara el resultado.
Un empate y una derrota cerraron la jornada, resultados que dejaron una sabor agridulce en los paladares de los deportistas y todos lo que acompañamos a ver el tan esperado torneo.
Y que mejor manera de quitarnos el sabor de la derrota que con unas buenas “polas” en la casa del Mono, que entre jocosos chascarrillos y el sabroso choricito se convirtieron en el mejor tercer tiempo que un club de fútbol puede tener.
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