Como preámbulo de la visita del Papa Francisco a tierras
cafeteras, tuvimos la osadía de jugar fútbol el lunes festivo pasado que
correspondía a la conmemoración de la Asunción de la Virgen. Día feriado que
existe como consecuencia de la Ley 51 de 1983 o la denominada “Ley Emiliani”, la
cual nos permitió reunirnos una vez más en las instalaciones de Compensar,
previa convocatoria hecha por el Káiser
Romero.
Caras largas y angustiosas en los que apenas llegábamos a la
cita, al ver que solamente un puñado de lasallistas nos encontrábamos presentes
a las once de la mañana, la hora en que se daría inicio al cotejo que hasta ese
momento no tenía rival conocido. Sin
embargo la sensación de preocupación cambiaría radicalmente luego de que uno de
los jugadores del partido que acababa de concluir se acercara raudo hacia el
Káiser para saludarlo efusivamente. Se trataba de un ex compañero de
Universidad que no tuvo reparo en aceptar la propuesta para “echarnos un picadito” con su equipo
mientras llegaban los demás. Como pocas veces sucede, el dios redondo nos hizo
un guiño de aprobación para salvar la mañana y así poder llevar a cabo el
cotejo ante un contrincante que parecía ser exigente.
Los Lasallistas entonces saltamos a la cancha a defender el
invicto. Una racha positiva de la que no se tenía precedentes por lo menos
durante la existencia de este blog, que a propósito acaba de cumplir una década
de precario y lánguido funcionamiento.
La misión de llevar tamaña responsabilidad recayó sobre Ñoño como arquero, Chavito,
M.
Jackson Vergara, Jancker y dos extracomunitarios que
completaron el equipo lasallista con bastante decoro. No era fácil suplir las ausencias de las
piezas claves del equipo, por lo que los esfuerzos por comprendernos en el
terreno de juego fueron bastante infructuosos en los primeros minutos. No obstante, una vez que la pelota va
corriendo y el cuerpo va soltando, el fútbol va fluyendo tan natural como los
sobornos en Odebrecht.
El sol canicular que se cernía sobre el medio día, fue
testigo de excepción de una jugada lírica que envidiarían los jeques que se
llevaron a Neymar para el París Saint Germain. Todo comenzó sobre la zona
medular con una recuperación por parte de uno de los nuestros, quien tocó
rápidamente hacia MJ Vergara, este
hizo una finta, eludió un rival y abrió la cancha hacia Jancker, quien tras amagar con devolver la pelota, puso un pase a
profundidad hacia el Chavito en el
costado opuesto quien emprendió un pique de choro para lograr empujar el balón
con una frialdad admirable. Un golazo
que recibió los aplausos por parte de las damas que se encontraban en la
tribuna.
Era evidente que las cosas estaban saliendo bien, una
victoria cómoda de 7 contra 4 a poco menos de quince minutos para el pitazo
final, pero y ¿el rival?, ellos también juegan.
Así como logramos anotar con holgura,
los contrarios también lo consiguieron. El cansancio y los nervios nos traicionaron. Un empate
inesperado parecía ser la rúbrica que sellaría otra jornada de fútbol, pero
como bien lo decía el médico Gabriel Ochoa: “Dénme
un gran portero y vamos a pelear el título” y ¡Sí que lo teníamos! Tres remates en la misma jugada, los tres en dirección de
gol, los tres increíblemente atajados. Una triple tapada de Ñoño que sin duda salvó un invicto.
Por ese revulsivo, nuestro equipo lasallista tenía que
jugarse su protagonismo en la última jugada, un contragolpe certero que MJ Vergara
culminó con fortísimo derechazo cruzado que se anidó en la malla contraria para
darnos ese merecido triunfo, ¡Ganamos otra vez! Se escuchó a rabiar en el
gramado. Definitivamente no podía ser nadie distinto a él quien marcara ese gol
agónico que ya nos tienen acostumbrados a celebrar sobre la hora, tal y como lo
hizo en el partido pasado.
Nos quedamos eso si con las ganas de ver en cancha a Marioñu, Anés y defenzor, quienes al
igual que el anunciado eclipse, brillaron pero por su ausencia en la capital de
la República.
El balance es más que positivo, seguimos invictos, mostrando
un gran fútbol y exigiéndonos al límite, tanto así que algunos de los nuestros
por el nivel de presión, han sido víctimas de sendas lesiones. En sintonía con lo anterior, desde las
oficinas de la EPS Medimás nos llegó el reporte clínico de Jancker, quien tendrá que recuperarse de una ruptura parcial de la
fascia plantar como consecuencia de un mala caída sobre su pie derecho en la
disputa de un balón aéreo.
Como si esto fuera poco, desde la lejana y húmeda ciudad
fronteriza de Leticia, nos han informado que el señor Pupo, el Patrón o el Mono Muñoz, como usted prefiera llamarlo, ha
sufrido una ruptura del tendón de Aquiles de su pie derecho, en un partido de
exhibición en la isla de los micos. Es
probable, según los Galenos, que ellos estén de regreso a las canchas para
cuando el Metro de Bogotá esté en funcionamiento.
Por último, pero no por ello menos importante, es emocionante
anunciarles que el señor Káiser Romero,
se estrenará como papá dentro de algunos meses. Noticia que celebramos con
júbilo desde esta página ¡Felicidades por el pequeño colomboteutón!