jueves, 24 de agosto de 2017

Un TIKI-TAKA que eclipsa

Como preámbulo de la visita del Papa Francisco a tierras cafeteras, tuvimos la osadía de jugar fútbol el lunes festivo pasado que correspondía a la conmemoración de la Asunción de la Virgen. Día feriado que existe como consecuencia de la Ley 51 de 1983 o la denominada “Ley Emiliani”, la cual nos permitió reunirnos una vez más en las instalaciones de Compensar, previa convocatoria hecha por el Káiser Romero.  

Caras largas y angustiosas en los que apenas llegábamos a la cita, al ver que solamente un puñado de lasallistas nos encontrábamos presentes a las once de la mañana, la hora en que se daría inicio al cotejo que hasta ese momento no tenía rival conocido.  Sin embargo la sensación de preocupación cambiaría radicalmente luego de que uno de los jugadores del partido que acababa de concluir se acercara raudo hacia el Káiser para saludarlo efusivamente. Se trataba de un ex compañero de Universidad que no tuvo reparo en aceptar la propuesta para “echarnos un picadito” con su equipo mientras llegaban los demás. Como pocas veces sucede, el dios redondo nos hizo un guiño de aprobación para salvar la mañana y así poder llevar a cabo el cotejo ante un contrincante que parecía ser exigente.

Los Lasallistas entonces saltamos a la cancha a defender el invicto. Una racha positiva de la que no se tenía precedentes por lo menos durante la existencia de este blog, que a propósito acaba de cumplir una década de precario y lánguido funcionamiento.

La misión de llevar tamaña responsabilidad recayó sobre Ñoño como arquero, Chavito,  M. Jackson Vergara, Jancker y dos extracomunitarios que completaron el equipo lasallista con bastante decoro.  No era fácil suplir las ausencias de las piezas claves del equipo, por lo que los esfuerzos por comprendernos en el terreno de juego fueron bastante infructuosos en los primeros minutos. No obstante, una vez que la pelota va corriendo y el cuerpo va soltando, el fútbol va fluyendo tan natural como los sobornos en Odebrecht.  

El sol canicular que se cernía sobre el medio día, fue testigo de excepción de una jugada lírica que envidiarían los jeques que se llevaron a Neymar para el París Saint Germain. Todo comenzó sobre la zona medular con una recuperación por parte de uno de los nuestros, quien tocó rápidamente hacia MJ Vergara, este hizo una finta, eludió un rival y abrió la cancha hacia Jancker, quien tras amagar con devolver la pelota, puso un pase a profundidad hacia el Chavito en el costado opuesto quien emprendió un pique de choro para lograr empujar el balón con una frialdad admirable.  Un golazo que recibió los aplausos por parte de las damas que se encontraban en la tribuna.

Era evidente que las cosas estaban saliendo bien, una victoria cómoda de 7 contra 4 a poco menos de quince minutos para el pitazo final, pero y ¿el rival?, ellos también juegan.  Así como logramos anotar con holgura,  los contrarios también lo consiguieron. El cansancio y los nervios nos traicionaron. Un empate inesperado parecía ser la rúbrica que sellaría otra jornada de fútbol, pero como bien lo decía el médico Gabriel Ochoa: “Dénme un gran portero y vamos a pelear el título” y ¡Sí que lo teníamos!  Tres remates en  la misma jugada, los tres en dirección de gol, los tres increíblemente atajados. Una triple tapada de Ñoño que sin duda salvó un invicto.

Por ese revulsivo, nuestro equipo lasallista tenía que jugarse su protagonismo en la última jugada,  un contragolpe certero que  MJ Vergara culminó con fortísimo derechazo cruzado que se anidó en la malla contraria para darnos ese merecido triunfo, ¡Ganamos otra vez! Se escuchó a rabiar en el gramado. Definitivamente no podía ser nadie distinto a él quien marcara ese gol agónico que ya nos tienen acostumbrados a celebrar sobre la hora, tal y como lo hizo en el partido pasado.

Nos quedamos eso si con las ganas de ver en cancha a Marioñu, Anés y defenzor, quienes al igual que el anunciado eclipse, brillaron pero por su ausencia en la capital de la República.

El balance es más que positivo, seguimos invictos, mostrando un gran fútbol y exigiéndonos al límite, tanto así que algunos de los nuestros por el nivel de presión, han sido víctimas de sendas lesiones.  En sintonía con lo anterior, desde las oficinas de la EPS Medimás nos llegó el reporte clínico de Jancker, quien tendrá que recuperarse de una ruptura parcial de la fascia plantar como consecuencia de un mala caída sobre su pie derecho en la disputa de un balón aéreo. 

Como si esto fuera poco, desde la lejana y húmeda ciudad fronteriza de Leticia, nos han informado que el señor Pupo, el Patrón o el Mono Muñoz, como usted prefiera llamarlo, ha sufrido una ruptura del tendón de Aquiles de su pie derecho, en un partido de exhibición en la isla de los micos.  Es probable, según los Galenos, que ellos estén de regreso a las canchas para cuando el Metro de Bogotá esté en funcionamiento.

Por último, pero no por ello menos importante, es emocionante anunciarles que el señor Káiser Romero, se estrenará como papá dentro de algunos meses. Noticia que celebramos con júbilo desde esta página ¡Felicidades por el pequeño colomboteutón!



domingo, 20 de agosto de 2017

Los Magos del Bronx

Tomó varios días escribirla en su totalidad. No solo por la falta de tiempo de quienes aquí plasman sus crónicas, sino por una mezcla entre desgano y resaca producto de las fiestas patrias. Esto sin duda hizo que la entrega del reporte de este partido se retrasara sin ninguna razón de peso aparente.

De cualquier modo, aquí seguimos trayéndoles las incidencias de otra fecha más de fútbol lasallista, no importa que cada vez tengamos menos lectores que el almanaque de Bristol, y menos ventas que la urbanidad de Carreño. Lo nuestro es pura terquedad.

En principio, otra convocatoria hecha con su respectiva antelación, logra juntar una gran cantidad de participantes. Hecho que por supuesto no es nada común, teniendo en cuenta las constantes ausencias, impuntualidades y abandonos de última hora por parte de los que se acostumbraron a dormir en la sala de video de la biblioteca del LHEMI mientras se proyectaba una y otra vez  la serie de dibujos animados "Erase una vez el cuerpo humano".  

El rotundo éxito del llamado a jugar fútbol por parte del Káiser Romero, obligaba a organizar 3 equipos de 6 jugadores cada uno. Esto supuso entonces que el equipo lasallista estuviera conformado, por Marioñu, el Cuñado, PiniMJ Vergara, Jancker y el Chavito, con la conocida rotación de arquero cada vez que el rival lograra marcarnos.

Como esto último era lo que debíamos evitar a toda costa, se consigue organizar una táctica con base en una férrea defensa y en un ataque certero y contundente que poco a poco iba despachando a los otros dos equipos como si se tratara de sparring de madera.

Los hermanos Castellanos llegaron un poco tarde. No hay duda que se trata de defenzor debido a que no hay otra persona que use pantaloneta, medias y guayos amarillos. Una combinación que le haría sangrar los ojos a Franklin Ramos.

Los constantes cambios de nómina de los equipos, permiten que el grupo lasallista finalmente se encuentre en plenitud, consiguiendo que las individualidades levanten aún más la calidad, llevando así el juego colectivo a un nivel nunca antes visto. Dicho de otro modo: ¡Qué hijueputas pa’ jugar! Es que no en vano la memoria retrotrae tantos partidos jugados en los recreos, miles de días compartidos y un sinnúmero de goles anotados en el Colegio. Es un momento sublime de buen fútbol,  así como mandan los cánones: Cortita y al pie.  O el consabido toco, toco y lastimo.  

Para un desprevenido podría tratarse de un símil del balompié con los Magos de Harlem, aquel equipo que deleitaba a los espectadores con una mezcla entre baloncesto y show. Pero, pues tampoco nos engañemos, si somos buenos, pero por mucho llegaremos a ser los Magos del Bronx.

Todo esto pasa durante una hora. Es que cuando se juega a ese ritmo, el tiempo vuela. No es de extrañar que la administradora de la cancha nos informe que el partido ha llegado a su fin, pero que si se nos da la gana podemos jugar otra hora adicional en la cancha contigua, no sin antes pagar la irrisoria suma de 50.000 pesos.  Es una oferta tan atractiva, que definitivamente no podemos rechazar, pese a que algunos abandonan la idea como buen hincha santafereño, la mayoría optamos por continuar la maratónica jornada.

Por la reducción obligada de jugadores, se plantea un mano a mano entre dos equipos muy fuertes, un pulso que se pudo desequilibrar gracias a un potente cañonazo al ángulo  de MJ Vergara, que en las postrimerías del partido nos otorga una victoria angustiosa pero bien lograda.

De esta manera, allí en el gramado transcurrieron otros 60 minutos de plena felicidad, para luego dirigirnos a un merecido tercer tiempo en una tienda vecina donde pondríamos en práctica el slogan de la cerveza Quilmes: “El sabor del encuentro”.