domingo, 31 de diciembre de 2017

El adiós de un Crack

Una multitud de jugadores se reunieron para despedir a "La Puya"
 
“Camilo, ¿usted si va a ir a jugar mañana?, no se vaya  a rascar (embriagar) viendo el partido de Millonarios” le dicen a través de una serie de mensajes de WhatsApp la noche de las velitas de 2017, recordándole que tiene una cita inaplazable con el destino muy temprano en la mañana siguiente. A los pocos segundos él responde que sí,  que cuenten con su asistencia, “sólo me voy a tomar media de guaro y de pronto unas polas (cervezas) suave” afirma categóricamente sin un ápice de temor sobre los efectos que la resaca pueda causar en su cuerpo.  Se trata de un tipo curtido en esos menesteres. 

Camilo es La Puya, el lasallista que desde hace algunos meses preparaba su retiro oficial del fútbol activo. Una decisión dolorosa para cualquier practicante de este deporte, pero para él simplemente era un capítulo en su vida que debía cerrar lo antes posible, ya no soportaba tantos interrogantes sobre sus  reiteradas ausencias en las convocatorias para los partidos.

 Es extraño, pero en realidad aquellos que lo tratamos en los días previos sólo le vimos carcajear. Sin duda son tiempos placenteros para La Puya. Es que viene de ser ascendido en su trabajo, donde irónicamente ahora es Director Técnico, lo que conlleva por supuesto un aumento salarial. También viajó a la Guajira para ser pieza fundamental en la producción de un reality. Asimismo hizo parte del regreso de La Hora de los Intocables, y por si fuera poco se aseguró entradas para el concierto de Radiohead que se llevará a cabo en abril próximo.  Vaya si tenía razones para brindar en la noche de año nuevo.


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La Puya o Peluco como también es conocido, ha tenido una paradójica relación con el balompié. Por una parte es un hincha consumado, un conocedor innato de la historia del deporte más hermoso del mundo, un analista acertado y un estratega infalible en las transmisiones televisivas. Pero por otra parte, los coqueteos con la pecosa fueron muy pocas veces correspondidos, son más los momentos jocosos que los gloriosos, pero que importa, siempre que lo intentó lo hizo con la entereza de un futbolista apasionado, de un tipo con la pinta de Henrik Larsson, pero con la destreza de Harry Sasson.

A pesar de todo, siempre estuvo ahí, con un estoicismo admirable, desde los interminables partidos en aquellos tiempos del colegio en los años 90 del siglo anterior, pasando por los campeonatos relámpago de fútbol 5 en Toberín, hasta su inaplazable retiro en la cancha grande de Compensar.  Es toda una existencia respirando fútbol, sin embargo es bueno decir que su vida no va a cambiar, va a seguir siendo el mismo hombre desperparpajado y descomplicado, ese ser auténtico que no piensa mucho en el qué dirán; pero para nuestro equipo nada será igual, su último partido con la camiseta lasallista, lo convertirá en una leyenda, un mérito reservado solo para grandes ídolos como Maldini, Totti o Giggs, quienes como La Puya fueron toda la vida amantes de un mismo club.  En estos tiempos de abandonos y cancelaciones, ese don del compromiso vale un potosí.

“Voy llegando perritos” Escribió El Peluco en el chat, minutos previos al comienzo del partido.  Todo en orden para dar inicio al cotejo de despedida. Por fortuna no había control de alcoholemia para los nuestros, solo había esperar que rodara el esférico. 

El Equipo del LHEMI de izquierda a derecha: Arriba. Farini (AT), Kapa, Chavo (DT), Sachi, Marioñu, EL Kaiser, Janker, DJ Pinilla, Anes. Abajo: Jonas, Neslson, defenzor, MJ Vergara, La Puya, Eduardo.

Y así fue, con la generosidad que caracteriza al fútbol, su retiro no podría ser más brillante, un partido  rodeado de sus grandes amigos, una mañana espectacularmente soleada y un gol nacido de su pierna derecha le dieron a La Puya un adiós por todo lo alto.  Una calle de honor llena de aplausos ensordecedores al momento de su último recorrido abandonado las canchas para siempre, tantos momentos vividos con el balón quedaban atrás, un instante muy  emotivo, sólo que aún  faltaba  el guiño de los dioses del Olimpo, para que ese domingo 17 de diciembre, el fútbol y Millonarios  lo hicieran llorar de felicidad.  Todo tan perfecto. 

¡Hasta siempre Crack!



"La Puya" colgando los guayos




PD: En tu cara fui campeón

1 comentario:

Anonimus dijo...

Adios a una epoca, muy buen articulo de despedida un poco triste....
zombie