jueves, 25 de abril de 2024

La batalla de Paso Fino

La primera vez que presencié una pelea en vivo y en directo, tenía unos 11 años. Ocurrió en el asadero "El Motorista", ubicado en la esquina de la calle 63 con carrera 60, dónde ahora está la biblioteca Virgilio Barco. En esa época, algunos inescrupulosos montaron un negocio de venta de carne a la llanera y de chigüiro en terrenos de uso público, destinados al goce de la colectividad bogotana, según se contemplaba en lo que anteriormente era la UPZ 104. Para entonces, mi papá con unos 43 años de edad, o sea casi con la edad de los veteranos que hoy leen este pasquín de blog, se enfrentó a puño limpio con el “cuidador” de carros del establecimiento. Un tipo que a consecuencia del abuso de alucinógenos, pedía monedas so pena de rayar los vehículos para quienes osaran negarse a sus exigencias. 

La situación no terminó bien. A pesar de su deplorable estado, el loquito "cuidador" tenía tal destreza que respondía con facilidad cualquier intento por ser agredido a golpes por parte de un padre de familia promedio. Y es que resultó, que aquel trastornado y problemático personaje era ni más ni menos que un campeón mundial de la categoría Wélter Junior, un demoledor conocido como Antonio Cervantes “Kid Pambelé”.

Aquellos que lo reconocían le daban dinero con un poco de pesar, pero para quienes pasaba desapercibido, como era el caso de mi papá, decidieron irse a dar en la jeta con ese negrito agresivo antes que pudiera dañar su más precioso tesoro: Su lujoso Chevette modelo 86. Al verlo pelear, a Pambelé por supuesto, era fácil saber que había sido un tipo brillante en el deporte de las narices chatas; una gloria del deporte colombiano llevada del putas.

Foto tomada de El universal.com.co
Foto tomada de eluniversal.com.co

Quién se iba a imaginar que 30 años después de este suceso, estaba a punto de perderme la pelea del siglo, o bueno me la perdí presencialmente, pero no en la narración de los hechos:

Todo comenzaría realmente en el paradisíaco destino de Tulum, en la Riviera Maya mexicana, donde el gran Nefta asistiría al Zamna, un festival de música electrónica donde se reúnen en su mayoría personas no heterosexuales de bastante dinero. Allí mismo, no sabemos como, ni queremos saber en cuales circunstancias, el joven del LHEMI conocería a un grupo de bogotanos que en medio de la euforia y del espíritu de la libertad prometieron volver a verse en Colombia, tal vez compartiendo una cerveza en Teatrón, o reuniéndose para jugar un partido de fútbol. 

Así fue, pasados unos días, se anunció vía whatsapp la convocatoria para el partido contra los amigos de Nefta. La cita sería el jueves 8 de febrero a las 8 PM, en un lugar muy lejano para quienes nos leen, en su mayoría estrato tres. Se trataba de unas canchas sintéticas al norte de la ciudad, llamadas Paso Fino, nombre que caería perfecto para la destreza que se debía tener para no irse de bruces en una grama que lucía nuevecita pero muy resbalosa producto de los encharcamientos de la incesante lluvia que acompañaba la noche.

Los lasallistas se las habían ingeniado para llegar al destino, unos en su propia moto, otros en Uber y algunos con la camioneta abarrotada hasta la barra de cambios, cogiendo la destapada como les gusta. En fin, lo importante era cumplir la cita con el esférico. A la cancha arribaron siete guerreros, a la espera del impuntual defenzor para completar el equipo. De cualquier modo, se dispusieron a jugar con; Ñoño en el arco, una línea de 3 zagueros muy bien organizada con Ñohan por izquierda, Marioñu por la derecha y el Chavito como líbero, y mas adelante, otra línea de 3 con Flórez, Nefta, y el fabuloso, pero desapercibido regreso de "El Kaiser" Romero.

Una de las primera jugadas consistió en un remate fuera del área que Ñoño sacó espectacularmente. Se auguraba una gran noche para el experto en derecho urbanístico, pero todo sería un espejismo de lo que se vendría, el cuidapalos regaló varios goles por la imprecisión que tuvo en el primer pase, fue una ilusión fallida, como cuando Filet Mignon y Chavo compraron boletas para el Jamming Festival.

Los minutos iniciales fueron prometedores, se había propuesto un esquema defensivo con algo de toque toque para luego atacar con contundencia. De alguna forma se tenía que contrarrestar que el equipo rival tuviera una década menos en la cédula, un estado físico notable y una coordinación admirable. Era difícil de primerazo mantener ese ritmo, pero había que hacerlo, no se podían otorgar ventajas si se quería dar partido. Pero las cosas se pondrían feas, era evidente que el adversario se  juntaba a chutar la pecosa con frecuencia y lo hacían bien.  De los 8 manes, por lo menos 7 jugaban todos los días, los tipos tenían cancha y lo estaban mostrando con holgura.

Al parecer todo estaba en contra para los pupilos del Hermano Niky. Descoordinación, bajo estado físico, nerviosismo, y sobre todo, algunos quebrantos de salud como la gripa de Marioñu y los problemas gastrointestinales de Ñohan que lo tuvieron todo el día como dispensador de Milo.

Era difícil contener la embestida del rival y por eso la  ventaja se hacía cada vez mas grande en el marcador. Llegaban tocando y con pases filtrados que entraban como un jab a Ñoño, que se veía totalmente vulnerable. La línea de 3 defensiva que al principio lucía bien, terminaba sin respaldo, hecha pedazos por el contendor. 

El Chavito portando la calidad del equipo se destacaba en medio de la desazón, Flórez metiendo ganas como si estuviera en un ironman, "El Kaiser Romero" con sus clásicas pisadas y toque de balón fue clave hasta que la altura lo afecta a tal punto que terminó anotando un autogol; y Nefta como delantero clásico hizo un par de goles a pesar que no bajaba, no pasaba la línea de la mitad, y se dedicaba a posar para las fotos que le hace su novia.

Desde afuera, defenzor trata de guiar a los vestidos por Tilcia Sports, les avisa cuando tienen jugadores por la espalda, les empieza a gritar, pero los lasallistas están abrumados, no hablan, no gritan, no se putean, se ven superados hasta en lo emocional. Defenzor se está cambiando, va a entrar al minuto 32 para reforzar a ese remedo de equipo, de repente hay una jugada cercana y un personaje golpea su maleta y le grita algo incomprensible. El partido cambia de tónica, nos están canchereando y humillando. Se rompe una de las reglas no escritas pero básicas del fútbol de barrio, "si vas goleando a tu rival  no te burles de él". Se gana con respeto o de lo contrario todo puede terminar mal.  

No obstante, el graduado de la Sabana ingresa al gramado e inmediatamente se va al suelo como la popularidad de Petro. La gramilla recién instalada pero encharcada le juega en contra. No lo había previsto, así como suele ser todo en su vida.

desde los apartamentos se vio todo
El partido continuaba con relativa normalidad, nos seguían anotando, la impotencia por no tener el balón creaba desespero, nos cogieron de parche, como en una jaula de pájaro moderna. Los cambios no se hicieron esperar, pero ojo, cambios posicionales nada más, por eso Florez va al arco y defenzor va como delantero, pero éste sólo sabe cometer faltas sin sentido, especialmente una zancadilla para alias “El Profe” como llamaban al contacto de Nefta, una clara infracción, que fue reclamada con vehemencia. Los últimos minutos son vertiginosos, tratamos de apretar para conseguir algún gol, tanto así que el señor locutor hace una cuenta matemática apropiada para el puesto que ocupó en el ICFES: asume que si hacemos un gol por minuto podremos empatar, por supuesto la cuenta es incorrecta, vamos 12-1 y solo restaban 6 minutos. ¡Vamos muchachos que no nos vamos a dejar! gritaba como loco el cancerbero. Contra todas las apuestas, parece funcionar, hacemos 5 goles en 4 minutos.

Puede que no nos crean, pero los lasallistas no nos rendimos a pesar de la adversidad,  por eso seguimos luchando por empatar un partido para el olvido. Jugada saliendo con balón dominado que se va larga en esa cancha resbalosa, defenzor intenta recuperar la pelota pero estira demasiado su pierna y se lo lleva por delante, es un guadañazo en la espinilla de “El Profe”, parece que es sin querer pero es más producto de la frustración.Hay un reproche que queda en nada, pero el tipo es bocón, es fastidioso, es sobrador, nos ha venido cantando los goles en la cara y ahora sigue y sigue reclamando hasta casi putear a nuestro amigo. Es inevitable, ya se han calentado los ánimos.

Defenzor extrañamente está fuera de sí, no importaba que “El Profe” tuviera una chaqueta de Millonarios, lo estaba viendo más como un enemigo que como un oponente, había conseguido colmar su paciencia. Las circunstancias del partido lo llevaron a responder verbalmente a las provocaciones del que parecía ser un ñero con plata. Le pide a Ñoño que haga rápido un saque de banda mientras gritaba de manera sarcástica ¡No los toquen, no los toquen! Arguyendo que los rivales iban a reclamar el mínimo contacto físico como una falta, como unas locas, como si fueran Villalobos.

El rival se calienta, sigue vociferando y todo culmina en el punto de ebullición; aprovecha un balón dividido para entrarle a defenzor con los taches arriba, fue una "caricia", como la patada de De Jong a Xabi en el Mundial de Sudáfrica, le entró rabón, le dio con toda deslealtad y ahí fue Troya. Nuestro amigo se levanta casi como puede, pone su humanidad delante de alias “El Profe” para enfrentarlo con rudeza por esa peligrosa levantada, pero en su lugar lo que recibe es un golpe en su rostro. defenzor se sale de casillas, tiene la guardia baja y poseído por un Kid Pambelé en las drogas le intenta responder con un gancho, pero no logra conectar, el Chavito trata de contenerlo sin mucho éxito, le grita al oído técnicas de meditación y le propone hacer "el saludo al sol". La rabia lo consume como nunca se había visto, como dicen por ahí "es tan fácil caer cuando tu quieres, es tan fácil perder toda razón".

Todo se va a la mierda, queda un minuto por jugar, pero es lo de menos, Marioñu indignado salta con toda su fuerza a empujar a uno de los chinos rivales, los empellones e improperios van y vienen mientras cada equipo estaba dispuesto a darse en la jeta por su amigo. No hay duda que se había desatado la batalla de Paso Fino.   

Luego del fin del partido y de que se terminara ese bochornoso espectáculo pugilístico que resultó con dos fecha de sanción para el protagonista, los nuestros se retiraron a un costado de la cancha para evitar otra reyerta, se hicieron junto a unas gradas para vestirse y conversar sobre lo sucedido. No obstante  vieron como se acercaba lentamente la ahora denominada “Barbie” antes conocido como “El Profe” para en principio ofrecer disculpas pero a su vez tirar algunos dardos venenosos mientras le estrechaba la mano a los del LHEMI. Son cosas del fútbol que quedan ahí, nos comemos el orgullo, actuamos con caballerosidad y gallardía para darle fin al primer asalto, pero el tipo no se calla, es supremamente cansón y está encendiendo la chispa nuevamente con sus comentarios. Marioñu ya no lo soporta, se para desde el tercer escalón, lo encara y le grita: ¿¡Lo toqué, lo toqué perro!? ¡Ábrase! Todo eso en tono rudo y amenazante, pero imaginemos la escena con Marioñu medio empeloto en unos calzoncillos amarillos de Bob Esponja y una pañoleta del Renegado. "La "Barbie" todo cagadito solo se le ocurre responderle que había venido por el dinero de la cancha.

Para cerrar esta extensa entrada, es claro que este cuento quedará en la memoria colectiva, por su protagonista. Estamos hablando de un momento trascendental en la pacífica vida de defenzor, quien ha dado y recibido sendos golpes pero todo en medio de los pogos en los conciertos fictis que asiste con regularidad, pero jamás lo habíamos visto como un tropelero en un partido de fútbol.  Aunque es probable que después haya querido olvidar lo sucedido, así como olvidamos felicitar en su cumpleaños a Alejo Vergara el pasado 7 de febrero. ¡Feliz Cumple Potro!

Nosotros (defenzor y yo) creemos que es un relato significativo, construido con la ayuda de todos los lasallistas presentes en esa cancha,  quienes desde su punto de vista escribieron o nos enviaron su audio para nutrir con detalles lo acontecido. 

Tomando pola con el ganador por decisión unánime
Es a todas luces una gran historia para la carpeta de anécdotas del LHEMI, que muy seguramente  seguiremos recordando cuando nos reunamos a echar pola, pero ante todo fue un evento crucial en el que quizás yo hubiera querido estar presente para respaldar a mi amigo, así como lo hice sin mucho éxito en la pelea que mi papá tuvo con Pambelé.

3 comentarios:

Anonimus dijo...

Una de las mejores anécdotas de este blog ! Z

SELEOSKA dijo...

A mi, TAMBIEN Amigo JANCKER me gustaría haber estado ahí ...se les quiere

Juan Gamin dijo...

Jajajaja... Muy buen relato... Me transporte tanto que yo también me di en la jeta por el equipo y terminé borracho en el tercer tiempo