Un partido atípico. Desde donde se mire y se analice, el más reciente cotejo disputado por la banda del LHEMI terminará en la misma conclusión. Una serie de factores se alinearon para determinar que la mañana nublada del pasado lunes festivo fue realmente particular.
Para comenzar el anecdotario, uno
de nuestros integrantes, a quien llamaremos “John Viáfara” para preservar su
identidad, llegó a la cita balompédica con un caso agudo de gastroenteritis que
lo obligó a hacer uso expedito y prolongado del servicio sanitario en la previa
del partido, haciéndole perder los primeros minutos del compromiso. Para cuando el reloj marcaba la media hora
de juego, el personaje en cuestión sintió otra embestida de su estómago, por lo que fue inevitable invocar al profe
Montoya y su más memorable indicación: ¡Cagate,
pero ni por el hijueputa te saco!
Unos tímidos rayos de sol se dejaron ver sobre el gramado
donde se encontraban los dos equipos. Si, por fortuna esta vez no hubo muchos
convocados para disputar el cotejo, lo que favoreció la confección del equipo
de Diego R y la banda del LHEMI, que de arranque era un combinado más bien
mixto, completado por un joven de origen peruano. Mientras por cosas del fútbol defenzor estaba en el equipo rival.
Al respecto, otra de las situaciones extrañas tuvo que ver
con la ausencia de Marioñu, el reconocido bastión del medio campo que nunca
falla, tal vez recordando su cada vez más lejano pasado escarlata, decidió no
asistir al partido, apagar el celular y descender a recuperarse de la resaca.
Para el LHEMI las cosas no marchaban muy bien, a pesar de los
goles del Osito y Jancker, la diferencia negativa se mantenía en 3 goles frente
al equipo rival. No obstante, el espíritu
combativo y el corazón henchido, y la
inspiración del cancerbero lograron lo impensable, empatar y pasar de largo en
el marcador. Un gol de cabeza y un
cañonazo desde fuera del área fueron la cuota inicial que puso defenzor para
regresar con ahínco a las toldas lasallistas que cada vez mostraban el fútbol
lírico que los caracteriza.
Un amague con finta incluida por parte del Osito desencadenaría
la rabia de uno de los oponentes, que daría origen a una disputa verbal con
tintes de reyerta. Cada lucha por el balón era un choque de trenes que sacaba
chispas y producía palabras de grueso calibre. El veterano rival trataba de humillar
al nuestro con un tradicional: - ¿Usted no sabe quién soy yo? La notable decencia del Osito hizo
caso omiso para no demostrar que lo podía atender como ESMAD a encapuchado.
Cosas raras sin duda.
No queremos extendernos más con esta reseña, comprendemos que
por estos días hay fútbol en abundancia por la Eurocopa y Copa América
Centenario. Sin embargo no podemos dejar de contarles que logramos ganar sobre
la hora y nos fuimos al tercer tiempo. Queríamos festejar la victoria en la cancha, pero también teníamos la intención de ahogar en alcohol las penas por la eliminación de Millonarios en cuartos de final del FPC. Con lo que no contábamos es con que las penas del fútbol saben nadar...
Cadavid habilitando a 5 Jugadores del Junior en el minuto 89 para el gol del Junior que nos llevaría a Penales |
PD: El número de fotografías es directamente proporcional al número de asistentes que nos acompañaron.
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