martes, 27 de diciembre de 2016

Una bella noche de fútbol

Fue el miedo a ser agredidos a coscorrones por parte de nuestros lectores por andar despreocupados y tener abandonada esta página, el que nos obligó a los miembros del staff a dejar por un rato la botella de Néctar Azul, poner en pausa las fiestas decembrinas y asumir el compromiso de sentarse frente al computador para escribirles un pequeño resumen de lo que ocurrió en el partido del 8 de diciembre.

Nosotros, así como el Intendente Ahumada, guardaespaldas de Vargas Lleras, también nos comprometemos a tener más cuidado con la ciudadanía y por eso estamos decididos a cumplir cabalmente las funciones que nos corresponden como cronistas y fotógrafos de los encuentros futboleros que se lleven a cabo por los miembros del grupo.  

Por tal motivo y sin más preámbulos, entramos en materia. Fue una bella noche de fútbol la que se vivió el festivo posterior al día de las velitas. Un horario sui generis, tal vez decidido arbitrariamente por el Káiser Romero, seguramente pretendiendo que la gélida noche capitalina nos despertara ese jugador habilidoso que todos llevamos dentro. Con certeza algunos como el Chavito, representando a la hinchada cardenal ya estaría acostumbrado a sentir un tempano de hielo en el pecho.

La noche recién empezaba, cuando la primera sorpresa no se hizo esperar. La aparición de la figura cómplice y paternal de don Eduardo. Un caballero ampliamente conocido y querido por todos, dicen que vio jugar en vivo y en directo a Jaime Morón, es padre de dos Lasallistas y miembro honorario del Campo de Tejo La Embajada.  Su simple presencia y su energía vestido de cortos, de alguna manera nos alegró y por supuesto nos animó a calentar a los pocos jugadores que a esa hora hacíamos presencia en Compensar. No era fácil reunir los jugadores necesarios para darle un inicio decente al partido. Por una parte los miembros del Sprach Institut, que suelen ser los rivales, brillaron por su impuntualidad. Por la otra, un buen número de Lasallistas no tuvo reparo en cancelar la invitación a escasos minutos del pitazo inicial.  Sin embargo y a pesar de las dificultades se consiguió completar dos equipos de cinco integrantes cada uno, algunos de los cuales eran simples espectadores, entre los que destacaba un tipo con pinta de Sayayin.

La cosa fue simple, era el combo LHEMI con Marioñu, Anes, defenzor y Jancker incluido don Eduardo como invitado especial, contra un combinado improvisado pero peligroso.
El desarrollo fue un juego clásico de micro, con alta exigencia física por las bajas temperaturas y la escasez de participantes que consiguieron llevarlo al límite de la resistencia corporal.  Las condiciones por supuesto no fueron las ideales para desplegar un fútbol lírico, ya que entre otras cosas la baja potencia de los reflectores del terreno de juego le hicieron un lindo homenaje a las luminarias del estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué.  Pero, ¿Qué más da? Es lo que hay y el rival también lo sufre. 

Dentro de un cotejo relativamente tranquilo, cuatro eventos fueron la nota destacable de la jornada. El primero de ellos fue la notable condición física de don Eduardo, que apelando a su reconocido talento, hizo lo que se le dio la gana por la banda derecha. Una actuación destacada para el dueño de segundo hogar. El otro suceso de la noche, fue el fantástico gol anotado por defenzor. Un taponazo desde antes de la media cancha que se coló por la mano izquierda del arquero rival, haciéndonos recordar con algo de nostalgia los cañonazos que marcó José Ferreira Neto con la camiseta 10 de Millonarios, por allá a comienzos de la década de los noventa del siglo pasado. 

Como tercer acontecimiento, se encuentra indudablemente el excéntrico gol del Káiser Romero, un riflazo sorpresivo desde mitad de cancha para reanudar el cotejo, el cual  atravesó por medio de las piernas de Marioñu y de defenzor para anidarse en la malla de los lasallistas. Es que no lo paran ni con la sotana del hermano Nikki. GO-LA-ZO.  Un tanto magistral de doble cuca, nunca antes visto por estos andurriales.

Por último, pero no menos importante tenemos que reseñar el peor ¡Para que te traje! del juego y tal vez de toda la existencia de este blog.  Una jugada en que alías el Sayayin elude a uno de los nuestros, luego con gran habilidad saca al portero y sólo frente al arco decide por dárselas de clasudo pararse con el balón en la línea con la intención de humillarnos, sin percatarse que un defensa por su espalda consigue despejar de la raya el esférico junto con su frágil  y endeble pierna. Es que esos goles sólo se los hacen al verde por cortesía de Endo.

Celebración de uno de los goles del Kashima al verde
El juego finalmente terminó lleno de curiosidades, pero eso sí con triunfo de los nuestros por un apretado 8 goles contra 7.

Como balance general podemos decir que la agenda se cumplió satisfactoriamente por este 2016, agradecemos su presencia en los partidos y el seguimiento de este desvencijado blog. Esperamos el año que viene seguir contando con buena salud y con disponibilidad para seguir sumando minutos en la cancha. Y como dijo el profe Valdano: “Confieso que es muy rara la noche que no sueño con goles espectaculares, hermosos y mios”.  ¿Quieren seguir soñando? ¡Nosotros también!

¡Les deseamos unas felices fiestas calabazos!


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